domingo, 26 de mayo de 2013

¿A dónde vas condenadote?

¿A dónde vas condenadote?

Cuando tenía cuatro años era muy travieso, mi lugar favorito para hacer travesuras era la casa de mi tía María de la Luz, ahí hice varias fechorías; pero un mal día paso algo que cambio mi vida para siempre. 
Lo primero que hacía al llegar a casa de mi tía  era correr directo a la cocina para aventar el trapo de la mesa y atinarle a la olla de los frijoles, después corría y brincaba en la cama festejando que mi tío no me había alcanzado.
Llegó un día que sucedió algo inesperado y dramático que sorprendió a todo mundo…Tuve una tarde de mala suerte, mis primos dicen que fue justicia divina, aunque yo pienso que fue la consecuencia de mis travesuras.
Un sábado al llegar de jugar fútbol fui  a la casa de mi tía, me dispuse hacer lo que acostumbraba, aventar el trapo hacia la olla que estaba en la estufa. Cuando de pronto mientras corría escapando de mi tío tropecé con el tenis que mi primo dejo tirado, el cual no había visto, entonces sucedió la desgracia; salí volando más o menos metro y medio justo donde estaba una mesa de madera, tuve la grandiosa suerte de que mi nariz se estrellara en la esquina de esta, se rompiera y me saliera sangre. Mis papás al escucharme llorar me llevaron al hospital ahí estuve internado por varios días, mi familia estaba muy  preocupada.
Estando en el hospital no recuerdo muy bien lo que sucedió. Una de las cosas malas de estar en un hospital es no poder salir, hacer travesuras, ni ver caricaturas y estar acostado todo el día. Lo bueno era que todos me trataban muy bien, menos el doctor, era bastante antipático. Mi familia me visitaba todos los días, me llevaban muchos dulces y juguetes.  Eso me ayudaba a matar el tiempo en el hospital. 
Al salir del hospital, iba muy contento, pero ya nada volvió hacer igual cada que iba a casa de mi tía ya no me divertía como antes, no me gustaba ir , porque deje de aventar el trapo; la cual era mi travesura favorita y ahora hacerlo me daba miedo porque pensaba que me podía volver a caer y pegarme en mi nariz. Además romperte la nariz no es nada agradable.