domingo, 30 de junio de 2013

Marquesa

Era cinco de febrero de 2011. Ese día yo cumplía 17 años. Como cualquier  otro  día me dirigía a la escuela, en la cual ya me estaban esperando Édgar, Omar, Leonardo y Julián. Ellos estaban en la tienda que se encontraba una  esquina antes de llegar a la escuela. Querían  ir a la Marquesa a festejar mi cumpleaños. Me dijeron que nadie iba a entrar y que no había ningún problema por los trabajos que teníamos pendientes.
Antes de ir a la marquesa, pasamos al centro comercial a comprar algunas cosas para la ocasión.
Llegando a la marquesa fuimos a desayunar, después comenzamos a beber y empezamos a platicar sobre nuestro último año en la preparatoria y las licenciaturas que íbamos a estudiar en la universidad. Después de un rato  decidimos rentar varias cuatrimotos  y jugar carreritas. El último que llegara iba a tener un castigo, el cual sería elegido por todos. Perdió Julián y su castigo fue un par de fondos, con lo cual terminaría más borracho de lo que ya estaba. Esto ocasionó que hiciera algunas tonterías, las cuales, fueron muy graciosas y contara algunos chistes muy buenos.
Bebimos como  cuatro botellas de Torres 10 y por esta razón tuvimos que esperar a Édgar. Él iba manejando y aunque no había tomado mucho preferimos esperar para evitar cualquier problema en la carretera.
No paso más de una hora cuando la mamá de Julián le habló por teléfono, regañándolo por  todo lo que le habían dicho en la escuela ,que habían citado a cada uno de nuestros padres para hablar con ellos. Tuvimos que regresar rápidamente,  para entregar nuestros trabajos, puesto que el maestro estaba muy molesto y dijo que no había otro día y que no tendríamos derecho a presentar el parcial si cada uno de nosotros no llevaba su trabajo.
Al regresar todos entregamos el trabajo. Al día siguiente presentamos el parcial y tuvimos que cumplir con el castigo de quedarnos después de clases en la escuela  a dar una conferencia sobre los temas de Guerra Fría, El Crack de 1929, La Primera y Segunda Guerra Mundial
 Cada uno se fue a diferentes universidades pero seguimos siendo muy buenos amigos y nos reunimos para poder hablar de cómo nos va en la universidad y recordar viejos tiempos.




lunes, 24 de junio de 2013

Vida vochera

Tenía 18 años cuando compré mi primer automóvil. Había trabajado durante un año de promotor en Kellogg´s. Yo sé que el auto que compraría no sería el mejor, puesto que no tenía mucho dinero. Mi familia me acompañó a varios tianguis a ver los autos, pero algunos de los que me gustaban costaban muy caros.
Mi papá vio un vocho , el cual llamó mi atención y tenía el dinero suficiente para comprarlo. Ya haciendo el negocio el dueño del automóvil no quiso bajar el precio a pesar de que debía algunas tenencias. El negocio ya no se realizó y seguí en mi búsqueda por un automóvil.
Un domingo fui al tianguis de la Viga. Ahí fue donde compré mi auto, era un vocho, modelo 1992, color azul marino. Yo sabía que no era el gran auto. Pero qué persona no conoce un vocho.
Tengo entendido que es el único auto que tiene día internacional  y es el más famoso. Ese día estaba muy contento, ya que gracias a mi esfuerzo había adquirido un carro que era mío y no era regalo de mi papá, ni mucho menos.
Aunque ya lo tenía  no sabía manejar, pero en él aprendí. He tenido muchas aventuras con él, desde el día que se descompuso el generador.Ya no quiso avanzar y lo tuve que llevar empujando con mi amigo hasta mi casa. También esta el día que tuve mi primer choque, donde yo no tuve la culpa.
Recuerdo que el primer día que lo tuve quería salir en él a todos lados, tanto así que  hasta al mercado. Lo limpiaba casi diario y le dije a mi mamá: Ahora que tengo carro ya no recuerdo mi nombre de tanto que me llaman guapo. Ella  empezó a reirse, puesto que yo solo bromeaba.
Comprar un auto es algo muy bueno. Me enseño a valorar las cosas y saber que cuesta mucho tenerlas y conservarlas. Mi pasión por los vochos comenzó cuando empecé a ir a un club. Allí he aprendido algunas cosas sobre ellos y he ido a eventos a participar. Son muy agradables puesto que ves carros muy arreglados. Hay concursos para vochos   y los dividen por categorías desde antiguos (donde entran los modelos 1960 hasta 1980) y  tunning (aquí solo entran los vochos deportivos sin importar su modelo).









sábado, 15 de junio de 2013

Craak-9


Tenía 16 años cuando mi papá me regaló un pitbull. Era una hembra y se llamaba Daisy. La verdad es que yo no sabía nada de perros, pero con Daisy aprendí mucho sobre adiestramiento canino. La lleve al Club CRAAK-9, donde me enseñaron  muchas cosas de las cuales no tenía idea.
Fuimos un poco más de un año y Daisy aprendió agilidad, obediencia, socialización con otros perros, ataque, hacerse la muertita y  dar esos cinco, entre otras cosas.
En el mes de septiembre del año 2011 en el club iban a seleccionar a los mejores perros para ir a un concurso. Entre ellos estaba Daisy, pero primero  había que pasar el ring de agilidad y obediencia. Lo habíamos entrenado.Durante muchos meses y llegó el día  en que pasaríamos.

Daisy sabía todo de memoria y lo hacía muy bien, pero ese día sucedió algo grave: no me hizo caso. Me desobedeció, no siguió ninguna orden y para cerrar con broche de oro, se orino en el ring. Sin duda alguna todo esto hizo que nos descalificaran del torneo. Yo estaba muy molesto con ella.Es como si lo hubiera hecho a propósito. Tanto fue mi enojo que llegó el momento en que no la quería llevar a entrenar, pero después comprendí que solo era un torneo, que no tenía importancia y entonces decidí regresar con ella al Club. Allí Daisy conoció a Terry, y su dueño y yo decidimos cruzarlos. Tuvo 10 perritos, pero se murieron dos ya que ella era primeriza y  no estaba preparada, aunque fue una gran mamá. Vendimos a todos sus cachorros, pero mi hermano se quedó con uno, y de nombre le puso Toreto. También a él lo llevamos a entrenar pero como Daisy estaba allí no le hacía caso a mi hermano y el cachorro siempre se quedaba dormido. En diciembre Boss, el perro del entrenador, cumplió años y entonces lo celebramos. Hicieron una pequeña fiesta donde había pastel para perros y teníamos que concursar con ellos rompiendo globos en el menor tiempo posible, y  así ganábamos  una bolsa de croquetas. Daisy y Toreto se han convertido en algo muy importante en mi vida.  Para mi familia ellos son más que nuestros perros : son parte de nosotros y siempre serán los mejores.



domingo, 9 de junio de 2013

Un Gran Viaje

Tenía 14 años, cuando fui de viaje a Chiapas, la frontera de Guatemala, Catemaco y el Puerto de Veracruz.
Fue uno de mis mejores viajes, ya que pude conocer lugares muy bellos. En Chiapa de Corzo, nos hospedamos en un hotel llamada la selva; su nombre era así ya que en él había mucha vegetación y algunos tucanes. Fui al Cañón del Sumidero, el cual es muy impresionante y hermoso. Pude observar en el transcurso algunos cocodrilos aunque fue a los lejos ya que lo consideraban peligroso. Después nos trasladamos a las Lagunas de Montebello, partiendo de Comitán. En aquel lugar podemos apreciar la belleza del paisaje y  un gran recorrido en lancha.
El estado de Chiapas es uno de mis favoritos. Yo no lo conocía, pero este viaje me dejo impresionado, tiene cascadas muy hermosas como: Las Nubes, Cascadas de Agua Azul .La gente es muy amable y amigable . Fui a un pueblo llamado San Juan Chamula en el cual te das cuenta que la gente es muy pobre y que un peso significa muchísimo para los niños de aquella comunidad. También podemos ver que aun venden a las mujeres  su precio depende de lo que saben hacer . No hay una modernidad todavía en esta comunidad.
Palenque es uno de mis lugares preferidos en Chiapas, pude conocer todo sobre la cultura Maya. Es muy impresionante, ya que conocí la tumba del Dios Pacal , era el Dios del maíz, árbol del mundo y el centro del universo. Es un lugar muy espectacular pudimos entrar a una pequeña parte de la selva donde pudimos observar muchísimos lugares. Nos mostraron en que parte hubo grabaciones de la película apocalypto y nos iban explicando todo, hasta que se escuchó un rugido como de jaguar y el guía tuvo la idea de abandonar el recorrido porque era muy peligroso. 
En el puerto de Veracruz fui a visitar  cancunsito, fue muy agradable. También fui a el acuario porque las veces anteriores que había ido estaba lloviendo y nunca había tenido oportunidad de ir.


En Catemaco fui a la isla del cocodrilo, es llamada así por la forma que tiene y podemos observar todo sobre los brujos y las creencias de las personas en aquellas regiones. Mi viaje fue muy agradable y les recomiendo visitar Chiapas. 

sábado, 1 de junio de 2013

Aztecazo!!!!



Tenía ocho años cuando fui al Estadio Azteca. Iba  a jugarse el partido de América contra Atlas.
Estaba muy ilusionado porque iba a conocer a mi jugador favorito Iván El Bam Bam Zamorano. El cual había jugado para  Real Madrid y en este torneo fue campeón de goleo.
Fue una gran aventura, ya que el amigo de mi papá es utilero del atlas y estuve con el equipo desde la concentración, aunque no era mi favorito. Esta  gran experiencia me dio la oportunidad de conocer a todos los jugadores y entrenadores del equipo, los cuales se portaron muy bien conmigo. Todo el tiempo estuve contento ayudando a mi papá, fungiendo como utilero del equipo. Tuve la oportunidad de conocer las instalaciones del estadio, las cuales eran muy impresionantes. Este día lo recordare por muchísimo tiempo. Pude ver jugar a las reservas, a los titulares y sentir esa emoción que transmitían los aficionados cuando su equipo favorito anotaba un gol.
Al terminar el partido fui con cada uno de los jugadores a pedir su autógrafo y una fotografía. Ver a Iván Zamorano fue muy agradable, ya que era considerado uno de los mejores jugadores, pero tuve una pequeña desilusión porque  me di cuenta que era un tipo presumido y payaso.En ese momento dejo de ser mi ídolo
Algo que nunca voy a olvidar es  que durante el entrenamiento de  los jugadores, yo les pasaba el balón. Tenía puesta la playera del equipo Atlas, y los aficionados del América, al tenerme cerca  me recordaron a mi mamá. Esto me causó mucha risa porque soy superaficionado del equipo América.
Mi  regreso a casa fue muy agradable ya que mi papá cumplió uno de mis sueños. En ese momento para mí él era el número uno. Despedimos el equipo en el aeropuerto.
Como una casualidad de la vida mi abuelita vio el póster del equipo Atlas, en el cual yo aparecía. Me llevé una gran sorpresa al llegar a su casa y recibir como regalo aquel póster enmarcado. El cual en ese momento llegó a ser mí tesoro más preciado y estuvo colgado en mi cuarto durante muchos años.
En los siguientes días presumí las fotos de los jugadores a mis familiares y amigos, pero de todas ellas la que más me agradó es una con mi papá en la cual tenemos como fondo las tribunas del  Estadio Azteca.






domingo, 26 de mayo de 2013

¿A dónde vas condenadote?

¿A dónde vas condenadote?

Cuando tenía cuatro años era muy travieso, mi lugar favorito para hacer travesuras era la casa de mi tía María de la Luz, ahí hice varias fechorías; pero un mal día paso algo que cambio mi vida para siempre. 
Lo primero que hacía al llegar a casa de mi tía  era correr directo a la cocina para aventar el trapo de la mesa y atinarle a la olla de los frijoles, después corría y brincaba en la cama festejando que mi tío no me había alcanzado.
Llegó un día que sucedió algo inesperado y dramático que sorprendió a todo mundo…Tuve una tarde de mala suerte, mis primos dicen que fue justicia divina, aunque yo pienso que fue la consecuencia de mis travesuras.
Un sábado al llegar de jugar fútbol fui  a la casa de mi tía, me dispuse hacer lo que acostumbraba, aventar el trapo hacia la olla que estaba en la estufa. Cuando de pronto mientras corría escapando de mi tío tropecé con el tenis que mi primo dejo tirado, el cual no había visto, entonces sucedió la desgracia; salí volando más o menos metro y medio justo donde estaba una mesa de madera, tuve la grandiosa suerte de que mi nariz se estrellara en la esquina de esta, se rompiera y me saliera sangre. Mis papás al escucharme llorar me llevaron al hospital ahí estuve internado por varios días, mi familia estaba muy  preocupada.
Estando en el hospital no recuerdo muy bien lo que sucedió. Una de las cosas malas de estar en un hospital es no poder salir, hacer travesuras, ni ver caricaturas y estar acostado todo el día. Lo bueno era que todos me trataban muy bien, menos el doctor, era bastante antipático. Mi familia me visitaba todos los días, me llevaban muchos dulces y juguetes.  Eso me ayudaba a matar el tiempo en el hospital. 
Al salir del hospital, iba muy contento, pero ya nada volvió hacer igual cada que iba a casa de mi tía ya no me divertía como antes, no me gustaba ir , porque deje de aventar el trapo; la cual era mi travesura favorita y ahora hacerlo me daba miedo porque pensaba que me podía volver a caer y pegarme en mi nariz. Además romperte la nariz no es nada agradable.